In memorian Yolanda Domínguez Valverde

Antigua decana de la Universidad del Valle, sede Buga.

Una sola palabra define a Yolanda: Generosidad

Gracias por la generosidad con que, junto a Américo Calero, me acogiste en la Universidad del Valle sede Buga dándome la oportunidad de una nueva vida, vida en que la creatividad y el trabajo se orientaron a hacer de Buga una ciudad amable y con nuevas oportunidades para sus gentes.

Gracias por la generosidad con que hablábamos de nuestra Buga, soñando oportunidades para sus gentes.

Gracias por la generosidad con que nos inculcaste que la universidad no era un simple trabajo, que era un espacio desde el cual podríamos brindar un nuevo espacio a las vidas de jóvenes y adultos que pudieron acceder a una formación universitaria.

Gracias por la generosidad con que creaste el programa de «La universidad también es de los niños» y brindamos oportunidades de formación artística a miles de ellos.

Gracias por permitir a quienes formamos tu equipo aunar nuestros esfuerzos por fortalecer una universidad que en 1990 tenía 60 estudiantes y hoy 4000 egresados.

Gracias por la generosidad con que convertiste la universidad en un espacio para los artistas de Buga.

Gracias por la generosidad con que apoyaste a Corpacoros -que hoy dirijo- para que se convirtiera en una de las organizaciones culturales más importantes de Colombia.

Gracias por la generosidad con que acogiste a un grupo de profesionales como profesores, dándoles espacios para su formación como docentes.

Gracias por la generosidad con que brindaste estabilidad y estímulos para su crecimiento a los empleados y trabajadores de la universidad.

Gracias por la generosidad con que compartiste tu alegría con nosotros.

Gracias por la generosidad con que hiciste de tu casa -con la complicidad de ese otro generoso que es Gustavo Aragón, tu compañero- una extensión de la universidad y un templo para la celebración de la vida.

Gracias, Yolanda, por la generosidad con que brindaste tu inteligencia y tu pasión, por hacer de nuestra Buga lo mejor.

Gracias, Yolanda.