Debutar como Padre en tiempos de pandemia.
¿Cómo es tener un hijo en tiempos de pandemia?
La pandemia ha trastornado la vida cotidiana de gran parte de la humanidad, ahora salir a la calle nos toca medir mentalmente la distancia con otras personas, no tocar superficies, llevar tapabocas y otras molestias, al regresar empieza la odisea; uno cree que llega pero no llega porque antes nos toca lavar todo y lavarnos hasta las orejas por dentro porque no basta con quedar limpios, nos lavamos hasta quedar tranquilos y eso lleva más tiempo. En este escenario de paranoia macroscópica por un virus microscópico, a mi esposa y a mí nos tocó el reto de debutar como padres.
Poco más de un mes antes del alumbramiento empezó la incertidumbre, con los datos disponibles hacíamos regresiones (cálculos estadísticos) para estimar la cantidad de infectados que habría para la fecha probable de parto y lo que veíamos nos resultaba aterrador, parecía que tendríamos que tener al niño en medio del pandemónium, por eso empezamos a considerar la opción de tener un parto en casa, ir a un hospital infestado de enfermos con el virus no parecía una opción razonable, nos pusimos en la tarea de leer, referenciarnos con Doulas y Parteras pues teníamos que prepararnos para el parto sin ninguna ayuda experta.
Aprendimos muchas cosas sobre el trabajo de parto, aprendimos que es un proceso natural, no una enfermedad, es un proceso en el que la mujer debe abrazar su yo mamífero, hacerse primitiva y ancestral, dominar el profundo poder de la vida que emerge de sus entrañas y para eso necesita penumbra, necesita sentirse a salvo de depredadores y otras amenazas, ese mamífero que nos habita guía el proceso con un saber genético.
Aprendimos que el proceso de parto es muy variable entre una mujer y otra y entre un nacimiento y otro pero que siempre está dominado por una hormona llamada Oxitocina, sí, la hormona del amor ¿cuál otra podría ser?, la hormona del amor, del dolor y el placer. La oxitocina es la que causa las contracciones y su dolor, pero también facilita el apego entre la madre y su hijo y es la que permite que emane leche de los pechos maternos, parto, lactancia y sexo están muy conectados desde el punto de vista hormonal.
En ese proceso nos fuimos dando cuenta de todo lo que podría mejorar la atención obstétrica, una mujer libera más fácil la oxitocina cuando está en un espacio que conoce y rodeada de gente de confianza, cuando el cerebro animal se siente a salvo; lamentablemente los partos migraron de hacerse en la casa, lugar conocido, a hacerse en los hospitales; las mujeres pasaron de estar rodeadas de una partera de confianza y de familiares, a estar rodeadas de enfermeras desconocidas y médicos distantes.
Muchos pensaran y con razón que en los hospitales mueren mucho menos mujeres y niños en el alumbramiento que a la manera antigua, y tienen razón, los hospitales son lugares pensados para salvaguardar la vida, y salvaguardar la vida de la gente suele ser una labor estresante, los hospitales son lugares donde el estrés es la regla y ahí radica su problema, el estrés produce otra hormona llamada cortisol y el cortisol compite con la oxitocina en los neuroreceptores. Cuando una mujer en trabajo de parto llega a un hospital, todo pareciera diseñado para sabotear la producción de oxitocina, el estrés que produce la burocracia hospitalaria, las luces blancas fuertes, la gente hostil y desconocida más el espacio poco amigable generan un efecto adverso en el proceso de parto, por eso es tan común oir la historia de la mujer cuyo trabajo de parto se detuvo o se ralentizó al llegar al hospital.
Con todo esto en mente, consultamos con diferentes médicos amigos, y ninguno estuvo a favor del parto en casa, porque ante una complicación de salud correrían peligro las vidas, luego nos enteramos que la legalidad misma del parto en casa estaba en entredicho y decidimos estar en casa el mayor tiempo posible pero cuando fuese inminente el parto ir al hospital, así lo hicimos, fuimos llenos de temor por el parto y por el virus, a mí no me dejaron permanecer en el hospital y a mi esposa le tocó aguantar totalmente sola todos los vejámenes del muy estresado personal de salud para el cual un parto no es más que un trámite molesto y embarazoso, más si es natural porque tarda más tiempo y produce menos dinero.
Mi esposa estuvo 24 horas en observación en el hospital pues sufrió una taquicardia producto del estrés de la situación, al llegar al hospital me dijeron que debía correr a llenar unos papeles antes de que entrase un paciente Covid-19, luego ya cuando por fin pude ver a mi esposa y a mi hijo, nos tocó quedarnos encerrados una hora en una habitación mientras desinfectaban un pasillo por el que había pasado un paciente con presunto Covid-19. Finalmente logramos salir del hospital, llegar a la casa y desinfectar todo lo posible para encerrarnos con la esperanza de haber esquivado el Covid-19.
Ahora después de haber salvado la incertidumbre del parto creo que el sistema de salud debe replantear la naturaleza de las salas de parto, se deben diseñar espacios amigables para que las mujeres den a luz (qué bonito es esa expresión de “dar a luz”) de manera íntima, segura y confortable pero tener la manera de atenderla médicamente con celeridad y eficiencia cuando se presente alguna complicación, debemos tenerlo en cuenta para el mundo mejor que empezaremos a construir el día después de la pandemia, si después de la pandemia hay un día.
Fuente: Este texto fué publicado por primera vez el 13 de Mayo de 2020 en http://www.labernardi.com/invitados/diariodecuarentena/
Jesus Christ, Fede!! Me dio taquicardio solo de leer tu relato. Sin embargo, doy las gracias a Dios porque todos estan bien y con salud. Vida longa a Lorenzzo!! Felicitaciones miles a los nuevos papás! Es todo una aventura con un bebé y seguramente, solo en mirarlo, ustedes sabrán que TODO vale la pena y que el Mismo Dios que envía, es El Dios que cuida! Un abrazo!
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Hola Federico , pensé que ostentarías el título del «compañero sin descendencia», de los que tengo presentes, todos ya estamos en este «bus» . Me imagino toda la situación de estrés durante el tiempo en el hospital.
La sensación de estar en casa con la familia es indescriptible y a partir de la llegada de tu hijo , cada día la apreciarás mucho más.
Saludos.
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